Miro de la Esperanza y el Renacimiento
En la víspera de la festividad de la Santa Cruz de Varaga y en conmemoración de San Jorge, se llevó a cabo una ceremonia solemne en la Sede Suprema de la Santa Echmiadzín, donde se reunieron figuras culturales, públicas y políticas, así como miles de peregrinos llegados de Armenia y de la diáspora. Durante esta ocasión especial, el Catholicos de todos los armenios bendijo el santo Miro, un aceite sagrado utilizado en los sacramentos y ceremonias de la Iglesia Apostólica Armenia.
Antes de la ceremonia de la bendición del Miro, el Catholicos, acompañado por un cortejo de clérigos, se dirigió al altar abierto de San Trdat. Este momento estuvo acompañado por el sonido de las campanas de la catedral y el canto de himnos sagrados. La ceremonia comenzó con la oración del Padre Nuestro.
Durante la bendición, el Catholicos vertió ingredientes sagrados, como flores y bálsamo, en un caldero de 130 años de antigüedad. Además, mezcló el Miro nuevo con una parte del Miro antiguo y bendecido previamente. Este proceso fue realizado utilizando tres reliquias sagradas: la Santa Cruz, la Lanza Sagrada y la Mano de San Gregorio el Iluminador. Después de la mezcla, el caldero fue cubierto con una tela delicada.
En su discurso, el Catholicos recordó a los presentes la importancia de la bendición del Miro, destacando que este acto es un símbolo de la unidad espiritual del pueblo armenio. A lo largo de los siglos, el Miro ha conectado a los armenios de todo el mundo, unificando tanto a los de la patria como a los de la diáspora bajo una misma fe y tradición.
La bendición del Miro no solo es un acto espiritual, sino también un recordatorio de la rica historia y el legado del pueblo armenio. El Catholicos subrayó que esta ceremonia fortalece el espíritu del pueblo armenio, dándole valentía para enfrentar los desafíos contemporáneos. También aprovechó la ocasión para hacer un llamado a la comunidad internacional y a las iglesias hermanas, instándolas a tomar medidas efectivas para proteger los derechos y la herencia cultural del pueblo armenio, especialmente ante las dificultades geopolíticas actuales.
La ceremonia concluyó con una oración, y siguiendo la tradición, este evento sagrado se lleva a cabo cada 5 a 7 años, reafirmando su importancia en la vida espiritual y cultural de Armenia.
Este evento simboliza la esperanza y el renacimiento, inspirando al pueblo armenio a permanecer unido y fiel a su historia y creencias, mientras continúa construyendo un futuro de paz y prosperidad.